Lo ves sonreír. Ya sabes porque sigues aquí. Tienes la respuesta en su mirada. Esa que te ha mirado tantas veces, esa que ha grabado vuestros momentos. ¿Lo quieres, verdad? ¡Cuántas veces me han preguntado eso en 4 meses y medio! Creo que la respuesta está en esa sonrisa tímida cada vez que lo veo, cuando me sonrojo con alguna palabra suya, en como escucho atentamente cada una de sus palabras, en como mi nombre con su voz suena mejor.
Imagínate que se acaba el mundo, tienes que elegir a una persona entre millones. Lo escogería a él.
Me dan a elegir que yo sea eterna o darle mi vida a él, le doy mi vida, no quiero vivir si no puedo verle cada tarde lluviosa ni besarle a la luz de la luna.
No quiero que todos los días sean soleados, quiero que todos los días me ilumine él, con su sonrisa perfecta y sus ojos distintos a los de los demás. Él guarda mis mayores secretos, mis sentimientos, él se sabe de memoria mis miradas, mis sonrisas, mis tonterías. Él me conoce tal y como soy, y sigue a mi lado. Es el único con el que quiero compartir mi vida.
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